La electrificación se ha convertido en una obsesión para el conjunto del sector energético español, pero en ocasiones no se tiene en cuenta cómo afectarían a la economía cambios tan radicales.

El tipo de consumo energético en España cambiará durante los próximos años debido al ‘boom’ renovable. La electrificación es el camino para aumentar el ritmo de descarbonización. Un ejemplo es el cambio de los sistemas frío/calor. El gran aliado es la bomba de calor con respecto a las tradicionales calderas de gas. Sin embargo, eso supone un impacto directo sobre Red Eléctrica como gestor del sistema

Así lo ha puesto de manifiesto este jueves la patronal del gas (Sedigás). En un documento sectorial elaborado junto a la consultora Arthur D. Little, con el objetivo de comparar los rendimientos de la caldera de gas y las bombas de calor, las conclusiones arrojan dudas sobre la capacidad que tendrán las redes eléctricas de soportar un cambio masivo en los sistemas de calor residenciales. 

El debate ha surgido a raíz de la publicación de una Directiva de Eficiencia Energética a nivel europeo. En ella se explica que a partir de 2026 no habrá más subvenciones o ayudas a las calderas de gas y sus equipamientos. Esto ha puesto el foco en un potencial cambio masivo hacia las bombas de calor.  

El problema, según se refleja en el informe presentado por la patronal del gas, es que técnicamente esta sustitución masiva requiere de una alta inversión en infraestructura eléctrica. Tanto en las redes troncales gestionadas por red eléctrica, como en las redes de distribución. 

La potencia media instalada en España está en 2 kW por vivienda. Un dato, además, que influye a la hora de pedir ayudas como el bono social, y que por eso baja la media nacional. Una bomba de calor requiere de mayor capacidad de consumo, algo que provocaría tener que elevar las potencias medias de los hogares por encima de los 4 kW

Estos datos implican tener que multiplicar por dos la capacidad de las redes. Esta situación, en parte, ya se recoge dentro del Plan Estratégico de Red Eléctrica 2021/26 debido a la entrada de energía renovable en el sistema. Este efecto llamada hacia una tecnología como las bombas de calor en detrimento de las calderas de gas provocaría un impacto mayor en las redes.  

La situación de congestión en las redes de Red Eléctrica se suma a otras situaciones como las provocadas por los centros de datos, tal y como contó ECONOMÍA DIGITAL hace meses. El aumento del consumo eléctrico en zonas concretas provoca una saturación compleja para la compañía presidida por Beatriz Corredor.  

¿Larga vida a las calderas? 

El discurso de Sedigás, como representante de las empresas del sector, se centra en estos momentos en la irrupción de los gases renovables. En concreto, España tiene un potencial de 163 TWh anuales de generación de biometano, cifra que permitiría cubrir holgadamente el 100% de esa demanda doméstica de gas en el país. 

En línea de tener una neutralidad tecnológica, desde la patronal ponen énfasis en que no existe «una única y exclusiva» alternativa para descarbonizar la calefacción de los hogares, por lo que se debe contar con todas las opciones renovables disponibles. 

Sedigás cree que el carácter renovable del sistema de calefacción no depende de la tecnología, «sino del combustible», por lo que la electrificación no debe ser considerado el único camino para alcanzar los objetivos de descarbonización. 

El sector gasista no desprecia la bomba de calor como sistema para ello, ya que puede ser una solución adecuada para hogares con una renta media disponible elevada y una edificación horizontal, como ocurre en países del norte de Europa. El caso de España es «prácticamente imposible» su adopción por los requisitos de espacio exigidos por los sistemas de aerotermia.

Fuente: economiadigital.es Autor: Raúl Masa