De esta forma, la Unión Europea quiere protegerse de posible problemas de seguridad de suministro en los próximos años a costa de su lucha contra el cambio climático.

La crisis energética vivida en la Unión Europea ha puesto sobre la mesa una de las patas del famoso trilema energético, la seguridad de suministro.

Tanto es así que en Europa se pretende dar un giro a una de las medidas estrella de la lucha contra el cambio climático que se emprendió hace años. Se trata de dejar fuera del pago de mecanismos de capacidad a aquellas centrales térmicas que emiten más de 550 gramos de CO2 por kWh producido. (550 grCO2/kWh).

Es decir, que las centrales de carbón de antes de julio de 2019 que emitían más que eso, por ejemplo, todas las españolas, debían cerrar y si era necesario tenían que hacer una serie de inversiones para no emitir tanto y poder seguir generando energía.

Hay que tener en cuenta que una central térmica de carbón antigua emite cerca del kilogramo de CO2 por kilovatio hora. (990 grCO2/kWh).

Negociación

Ahora, el Consejo Europeo, antes de que se celebre la primera negociación de la reforma del mercado eléctrico de la Unión Europea durante la reunión de la próxima semana, ha abierto la puerta a que estas centrales térmicas vuelvan a poder recibir pagos por capacidad, es decir, por estar ahí en caso de necesidad, aunque luego lo cobren porque están generando continuamente.

Según la propuesta a la que ha tenido acceso El Periódico de la Energía, “durante su transición a un sistema libre de carbono y después de la crisis energética, los Estados miembros que apliquen mecanismos de capacidad aprobados antes de la entrada en vigor del presente Reglamento podrán, excepcionalmente, no aplicar este límite de emisiones de CO2 durante un período limitado de tiempo. Sin embargo, dicha excepción debe limitarse a la capacidad de generación existente que comenzó la producción comercial antes del 4 de julio de 2019, es decir, antes de la entrada en vigor del paquete de energía limpia”.

Requisitos

Concretamente, la propuesta señala que para poder recibir pagos bajo un mecanismo de capacidad aprobado por la Comisión Europea debe cumplir tres requisitos, que son los siguientes:

  1. El Estado miembro ha llevado a cabo un proceso de licitación competitivo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 22, cuyo objetivo es maximizar la participación de los proveedores de capacidad que cumplan los requisitos del artículo 22, apartado 4;
  2. La cantidad de capacidad ofrecida en el proceso de licitación pública mencionado en la letra a) no es suficiente para abordar el problema de adecuación identificado de conformidad con el Artículo 20 (1) para el período de contratación cubierto por ese proceso de licitación;
  3. La capacidad de generación que emite más de 550 g de CO2 de origen fósil por kWh de electricidad está comprometida o recibe pagos o compromisos de pagos futuros por un período no superior a un año y se adquiere a través de un proceso de contratación adicional que cumple con todos los requisitos del artículo 22, excepto los establecidos en la letra b) del apartado 4.

Además, el Consejo plantea que este nuevo mecanismo sólo se podrá aplicar hasta el 31 de diciembre de 2028.

Consecuencias

Esta propuesta abre un melón sin precedentes en el seno de la Unión Europea que pone en entredicho su lucha contra el cambio climático, ya que su base, el Paquete de Energía Limpia ha saltado por los aires si se aplica finalmente esta propuesta.

Claramente sale ganando con esta medida Alemania, pero también Polonia y otros países que necesitan o han necesitado de las centrales térmicas de carbón para mantener la seguridad de suministro durante esta crisis.

En el caso español, la central que se puede beneficiar de ello es As Pontes, por lo que su cierre se puede retrasar unos años al menos hasta 2029.

Otro varapalo también para el PNIEC que propone el Gobierno que quería haber acabado con el carbón en España en el año 2025 aproximadamente. También sería un regalo envenenado para Teresa Ribera quien le tocaría liderar esta negociación durante la presidencia española de la UE.

De momento, se trata de una propuesta que se ha elevado al Consejo y que se va a negociar para llevarla a cabo en la negociación que se abre en la reunión del Consejo Europeo de ministros de Energía del lunes 19 de junio.

Un consejo a la hora de interpretar la información: si Alemania está detrás, lo más probable es que finalmente salga adelante la propuesta. Y lo normal, es que si se cede en esto, es probable que también se cedan en otras negociaciones energéticas que se están llevando a cabo en la UE como la directiva de Renovables.

Fuente: El Periódico de la Energía. Autor: Ramón Roca