La decisión del Gobierno de ampliar hasta 2024 el blindaje a las empresas estratégicas españolas –el conocido como «escudo antiopas» aleja la posibilidad de que la energética francesa TotalEnergies pueda entrar en el capital de Naturgy. El fondo norteamericano Global Infraestructure Partners (GIP) estaba dispuesto a deshacerse de su paquete accionarial del 20%, pero tendrá que esperar un mejor postor o, mejor dicho, a otro que sea del gusto del Palacio de La Moncloa y del imperio Caixa.

NATURGY, OBJETO DE DESEO

Fuentes parlamentarias explican a MERCA2 que el objetivo principal de esta prórroga es que el Ejecutivo no pierda el control de Prisa e Indra, dos empresas en las cuales tiene una posición destacada el fondo Amber Capital. Pero hay más empresas beneficiadas –al menos, sus cúpulas directivas– entre las cuales destaca Naturgy, cuyos inversores institucionales han amagado este año con salir de la compañía cuando se realizara el proyecto Géminis.

La constatación de que este proyecto, que consiste en la escisión del grupo separando el negocio regulado y el liberalizado, va a permanecer en el cajón sine die, ha traído cierta paz en el consejo de administración de la empresa. CVC Capital Partners e IFM han comunicado tanto a Francisco Reynés como al Gobierno que no van a vender, pero GIP lleva tiempo negociando con TotalEnergies para hacer caja y poner fin a su aventura en la energética española.

Y es en este contexto en el que se aprueba la ampliación del escudo antiopas, que mantiene otro año más la exigencia de que sea el Gobierno quien deba autorizar (o no) las inversiones extranjeras en empresas estratégicas cotizadas en las que el comprador pretenda superar el 10% del capital.

En el sector energético español se da por hecho que el fondo norteamericano tendrá que mantenerse en Naturgy a pesar de haber cumplido su ciclo inversor de cinco años (entró en 2016) y que para vender deberá encontrar otro candidato.

ENCONTRAR OTRO CANDIDATO

Todas las miradas se centran ahora en Isidro Fainé, que deberá buscar en los próximos meses un caballero blanco que desee ocupar el puesto al que aspiraba TotalEnergies. Si CVC Capital Partners e IFM cumplen su promesa y se quedan, entonces el imperio Caixa y el Palacio de La Moncloa se verán obligados a encontrar otro grupo energético que asegure la españolidad de Naturgy.

Y en todas las quinielas está Repsol, que dispone de una elevada tesorería, espera buenos resultados en los próximos meses y su cúpula directiva ha limado diferencias con Fainé.

Ninguna de las compañías que estamos mencionando aquí admiten públicamente su participación en este culebrón corporativo, pero fuentes financieras aseguran a este diario que ya se están realizando movimientos para impulsar una operación que debería llevarse a cabo en pleno año electoral y sin que se haya solventado una crisis energética que ha llegado para quedarse.

Precisamente la incertidumbre en el sector tras la intervención rusa en Ucrania ha sido lo que ha enterrado –al menos de momento– el proyecto Geminis.

RIBERA NO QUIERE A LOS FONDOS

Un plan de escisión al que se opone el Gobierno, tal como ha puesto de manifiesto en varias ocasiones la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. La responsable de política energética cree que lo más adecuado es permitir a los fondos de inversión que reduzcan su peso en Naturgy, dando una mayor presencia a los socios industriales. Por eso ella está de acuerdo en ampliar el blindaje gubernamental, algo a lo que parece oponerse Nadia Calviño, que no era partidaria de extender el «escudo antiopas».

Oficialmente los cuatro grandes accionistas de Naturgy (CVC, IFM, GIP y La Caixa) han dado su visto bueno a la hoja de ruta establecida por Reynés en su Plan Estratégico que concluye en 2025. De hecho en el consejo de administración previo a la última junta general todos ellos acordaron de forma unánime dejar constancia en acta de este compromiso, con el objetivo de acallar los rumores que amenazaban la estabilidad del grupo. 

EL FUTURO DE GEMINIS

Respecto al futuro de Geminis, el presidente de Naturgy indicó el pasado octubre en un encuentro organizado por la patronal CEOE, que el proyecto «tiene todo el sentido estratégico, aunque debe presidir la prudencia antes de la ejecución». Con estas enigmáticas palabras Reynés se refería a la incertidumbre geopolítica y energética, declaraciones que completó con una metáfora: «no se puede salir de puerto y decidir el rumbo sin mirar el parte meteorológico, tenemos un parte meteorológico que dice bastantes cosas no muy agradables, y ahí es donde estamos».

Fuente: merca2.es